Fin de Semana Productivo...

La Venganza De Sor Juana,
Monica Zagal

Sin restarle nada a la imagen de lectora voraz y poeta consumada, la Sor Juana Inés de la Cruz que la escritora Mónica Zagal describe en su novela La venganza de Sor Juana, es una mujer rebelde, obediente aunque nunca sumisa, que fue inteligente y utilizó la cocina y sus nobles dotes culinarias para seducir a quienes la rodearon e incitarlos a cometer el pecado de la gula.

Al menos así la imagina Mónica Zagal, quien señala que Sor Juana fue rebelde pero no de una rebeldía de negarse a hacer las cosas, “era una mujer irreverente, que jugaba con los placeres y con la gente, tejió todo lo que necesitaba a su alrededor con inteligencia pero sin dejar de obedecer. Si el padre Núñez le decía: ‘Tienes que hacer tal cosa’, ella lo hacía, el más claro ejemplo de su obediencia fue vender su biblioteca, que era lo que más amaba; tuvo que ceder un poco para ganar otras cosas, tal vez nadie se dio cuenta pero ella ganó siempre, logró muchas cosas ayudada por la comida”.
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Aunque se trata de una novela histórica, hay una cercanía con la cocina, que se sabe practicó y dejó en al menos un recetario que se le atribuye y varias referencias que hace en sus poemas.
“La madre Juana Inés utilizó la cocina para alcanzar sus fines, sabía del pecado de la gula y con los platillos más exquisitos que preparaba, seducía a todo mundo, desde su confesor, el padre Núñez, hasta las madres superioras del convento de San Jerónimo... Hizo pecar a través de la comida, en un tiempo en que no permitían leer muchas cosas y menos que una monja fuera letrada, ella nos habla de lo que pensaba cuando escribía o cocinaba”.
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La novela va descubriendo casi en secreto de confesión, la vida cautiva de Sor Juana, su pasión por la lectura y la escritura, pero sobre todo su gusto por la cocina, de la que supo sacar provecho en un tiempo en que era imposible que las mujeres sobresalieran. Planteada como una conversación entre el virrey Mancera, ya radicado en España, nostálgico por la comida india y mestiza, y el padre Calleja, un jesuita con quien la monja jerónima mantuvo correspondencia durante algún periodo de su vida.
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Mónica Zagal pone a la Décima Musa en el mundo real, porque igual que Santa Teresa fue una santa pero también una mujer, Sor Juana fue una poeta y antes una mujer “pensé en reivindicar a la mujer por medio de la cocina. Hacía pecar a la gente sin que los demás se dieran cuenta, los analizaba perfectamente y los seducía a través del estómago”.
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El Viernes termine la primera bufanda al "Harry Potter" de quien sabe cuantas iran a totalizar este invierno, de seguro tengo que hacer 4... huy!

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Empece librito Nuevo....

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Teji mis cuadritos para la Fundacion de Cobijas para Niños Con Cancer.. y siguen buscando Gente que les ayude,...

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Y tambien... Amiga secreta que me has tocado....

Ya termine!!

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Solo me falta hormarlo, ya que cuando uno teje tipo encaje queda medio encogido y pues a la horma!

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Antes se hormaban zapatos...

Todavia existira eso?